Viajar tiene efectos extraños: aproxima, revuelve, inmiscuye, aleja, retuerce, acaricia, cosquillea y sacude lo que llevo adentro. En cierta forma, es como si ordenara una casa misteriosa que tiene cajas llenas en todos los rincones y, casi sin aviso, un viento revuelve todos los elementos contenidos al centro del comedor.
Me siento conmigo a tener un par de charlas. Aparecen cosas que me dolieron hace mucho, que me hicieron muy feliz, que me divirtieron, que me asustaron. Estoy visitando una exposición de mi historia en varias temporadas.
Hace mucho que no estaba tanto tiempo lejos de mi casa. Y tan cerca de mí en alguna forma. Debe ser que durante el año uno se dedica a guardar abajo de la cama suponiendo que en algún momento va a ordenar el caos. Y este viaje, como un cuadro impresionista, me deja ver las pinceladas a la distancia.
Dicen que uno es lo que hace y lo que elije. Uno también es quien se mira en sus acciones y elecciones. Y, según lo que ve, lo que admite, lo que corrige, lo que volvería a elegir y a hacer, uno se hace cargo y se convierte en un ser más honesto consigo mismo y con el universo.
El destino nos mete en antes y despueses y uno elije y le pone los puntos a las circunstancias, no?
Cuando dije que necesitaba estar sola, lejos, sin leer ni escribir, ni mirar la tele, sin tener que hacer u organizar ensayos, sin dialogar personajes inexistentes creo que lo que necesitaba era volver al centro y acá estoy escuchando las voces de mucha, mucha gente que me acompaña y que viene conmigo en un recuerdo.
De todas las formas del amor, la que me parece más armoniosa y pura es la que nos hace ser lo mejor de lo que somos, la que nos hace sentir que cual sea nuestro camino no va a haber reproches y que siempre las luces van a quedarse prendidas por si decidimos llegar a la mitad de la noche. De todas las formas del amor, la que nos espera como somos, la que no nos coloca en roles que no deseamos asumir ni nos fuerza a palabras, sino que se convierte en acciones es la que nos fortalece.
La ruta hace que a la distancia la gente que quiero y con la que quiero compartir brille como estrellas. Cada día los quiero más.
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1 comentario:
Siempre tan generosa, repartiendo caricias.
Habrá que agradecer entonces que la vida, por más que se complique, nos regala siempre un poco de luz.
Besos miles que cuiden de tu descanso.
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