Bueno, parece que sí, pasó lo que tenía que pasar: me olvidé de algo importantísimo. No me enojo, no me quejo, todo no se puede.
Ayer jugué a dejar las nubes quietas y contar las estrellas.
Es algo importantísimo también.
No quiero ni pensar en todo lo que va a pasar cuando se enteren. Me olvidé, está bien? Una tiene derecho al olvido.
Lo ridículo es por qué me sé los miembros de la primera junta de memoria o el número de teléfono de la casa que mis abuelos tenían en la infancia y me olvidé de algo tan tan importante.
Será que a veces una elige de qué acordarse mucho más allá de su voluntad.
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1 comentario:
y si...de eso es seguro.Me ha pasado de poner todas mis fuerzas en tratar de no olvidarme de algo...pero bueno...a veces es mas fuerte q uno el olvido...
lindas palabras!
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