sábado, 31 de octubre de 2009

En casa

Bueno, parece que sí, pasó lo que tenía que pasar: me olvidé de algo importantísimo. No me enojo, no me quejo, todo no se puede.

Ayer jugué a dejar las nubes quietas y contar las estrellas.

Es algo importantísimo también.

No quiero ni pensar en todo lo que va a pasar cuando se enteren. Me olvidé, está bien? Una tiene derecho al olvido.

Lo ridículo es por qué me sé los miembros de la primera junta de memoria o el número de teléfono de la casa que mis abuelos tenían en la infancia y me olvidé de algo tan tan importante.

Será que a veces una elige de qué acordarse mucho más allá de su voluntad.

1 comentario:

Unknown dijo...

y si...de eso es seguro.Me ha pasado de poner todas mis fuerzas en tratar de no olvidarme de algo...pero bueno...a veces es mas fuerte q uno el olvido...
lindas palabras!