jueves, 15 de octubre de 2009

Día Cangrejo

Ayer todo salió para atrás. No fue un día de esos tan malos que se miden en la escala Richter y compiten en el top ten de desastres, pero sí uno de esos bien molestos que se encargan de demostrar que existe algo como el destino/la suerte/la fatalidad y que mil pequeños factores se pueden conjugar para que el ser en el mundo se nos complique.

Colabora mucho no tener internet en casa, estar armando un trabajo de locutorio en locutrio, intercalados con mi ex-dormitorio ahora sala de ensayo.

Y una cosa es tratar de armar una oración en medio de los jueguitos de disparos en manos del adolescentario de turno y otra muy distinta ejercer la creatividad cuando escuchás a repetición un huaino...y con siete músicos que te preguntan qué estás haciendo en SU sala de ensayo que todavía tiene mis libros...

En el medio los trám,ites que salen al revés, los papeles que no son los que deberían ser, la gente que llega tarde y yo que, por suepuesto, me confundo direcciones...

-me encantana los puntos suspensivos-

Para culminar: parece que las responsabilidades me convocan mucho más de lo que yo quiero ser convocada en este momento de mi vida en el que no tengo mucho tiempo y estoy bastante cansada y en lo único que pienso es en la necesidad de la nada...de momentos de nada...


Llega la noche y una actriz se cae en escena y la veo caer en cámara lenta una y otra vez, vuela por el aire y mi corazón en la boca hasta que se levanta.


Pero nada es tan malo, ni tan desesperante. Se hacen las doce y el día cambia. A la mañana sale el sol y de día el locutorio está más vacío y me sirven un café mientras yo escribo todas estas pavadas.

1 comentario:

Kordera dijo...

Muy bonito el relato y muy bonito el título! Saludos