lunes, 4 de agosto de 2008

La carta robada

Hoy me encontré de casualidad con un amigo al que no veía hace quichimil años. Cuestión que el Sr ahora no vive en Argentina y andaba de paseo superando una ruptura amorosa. Como yo estaba sin ganas de dedicarme a ser productiva nos pusimos a charlar largo y tendido y me cuenta de la versión extranjera de su romances locales, o sea, concluye que sus primeras dos ex eran iguales a su tercera ex -la extranjera- y que las mujeres están locas en todos los idiomas. Yo me río, me lo tomo con gracia. Le pregunto cómo llega a una conclusión tan universal con sólo tres casos. Por repetición, responde. O sea, las tres lo dejaron con la misma excusa/motivo/argumento. Le pregunto, con el desparpajo que confiere la amistad de larga data, si el problema no será él. Me responde con el mismo desparpajo, que el problema es que se enamora de mujeres que no pueden aceptar que él no va a cambiar...

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