Había mariposas de todos los colores y un calor insoportable. En la posada, si es que se le puede decir posada a cuatro chapas y un techo, me robaron una remera naranja. Y al otro día el agua caía en cascadas y pude tocarla.
Había monos que se negaban a las fotos.
Y una pareja del PAMI.
Pensaba que era para siempre. Pero el invierno llega con las obligaciones y no. Ahora no puedo ir a ninguna parte.
QUIERO VIAJARRRRRRR
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