Quiero un mediodía
volver por las cuadras
de pájaros y tacos de doncella
con la pollera más corta
los labios tibios
y los párpados bajos
donde la noche diurna se esconde
entre los gritos de los vendedores,
la estela de los delantales y los ladridos
de una aurora ausente
dar otra vez mis labios
sin que se despierte el recuerdo
de un pasado
sin que me despierte y sepa
que los soles bostezan
por estos poemas cursis y coquetos
tan rosas, tan suaves
como un susto almibarado
para las baldosas de boina
donde transitan mis pasos
Pero este disfraz
de algodón y trenzas
se deshace como hechizo en tiras
cuando las persianas bajan
y la luna despierta.
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